2. El minibar. Es costumbre de muchos sacar las provisiones del minibar para luego comprar los mismos productos y reemplazarlos. Así compran en la calle a buen precio y evitan pagar altos costos. Lo que pocos saben es que en muchos de los nuevos hoteles están instalando sensores que, inmediatamente retiras algún producto del minibar, lo cargan a tu cuenta. Eso, sin decir que muchos marcan con sellos cada artículo para evitar este truco.
El minibar no es gratis
3. No te lleves lo que no es tuyo. Sí, las almohadas de plumas, las batas y las toallas de los hoteles son una delicia y una tentación. Tanto, que muchos las empacan en la maleta. No solo eso: también la plancha, el secador del pelo, el radio o la cafetera. En ocasiones no pasa nada, ni se dan cuenta. Pero en otros los cobran, y muy caro. No te sorprendas si a la tarjeta de crédito le cargan el valor de esos artículos cuando esté de regreso. Lo que sí te puedes llevar son los frasquitos del champú y otros amenities.
4. La compañía extra. Sí, tienes el derecho de llevar a algún acompañante a tu habitación. Pero solo por un tiempo considerable. Si ese acompañante pasó la noche contigo, te van a cobrar. Muchos se sorprenden cuando al pagar la cuenta, se encuentran con un recargo adicional por la persona que se quedó a dormir.
5. Decoro. Hay quienes piensan que, porque están pagando, pueden hacer lo que quieran. Y así se mueven en ropas ligeras o en bata hasta en el mismo lobby o en las áreas comunes del hotel. Y atiborran los platos de comida o sacan las bandejas del room service, con olorosos restos de comida, y las dejan en el piso afuera de la habitación. Eso es de pésimo gusto.
6. Respeta las normas. Por más amable que sean en el hotel, ten presente que no es tu casa. Por ejemplo, si algunos Hostal Santiago te advierten que está prohibido fumar en la habitación o en espacios internos, obedece. La mayoría de hoteles tiene áreas para fumadores, pero hay otros que ni siquiera lo permiten en sus zonas al aire libre.
7. Los servicios extra. Así hayas pagado por un servicio todo incluido, siempre habrá cosas que no están incluidas. Por ejemplo, los masajes o tratamientos estéticos del spa, los licores, o algunas películas que aparecen tentadoras mientras cambia los canales del televisor. No valdrán excusas ni entenderán el despiste. Tendrás que pagar, y casi siempre, muy caro.
8. El maltrato. El personal del hotel está para tu servicio, así que trátalo bien, con respeto y gratitud, y si está en tus manos, deja propina. Nada peor que un huésped soberbio. Y aunque es labor de las camareras arreglar tu habitación, ten consideración con ellas y no dejes tanto desorden ni cosas en el suelo.
Los peores huéspedes del mundo
Una encuesta realizada por el portal Expedia, con 4 mil 500 hoteleros de todo el mundo, concluyó que los franceses son los peores huéspedes, por no hacer esfuerzos por darse a entender en otro idioma, así como ser prepotentes y descorteses. Los japoneses fueron elegidos como los mejores huéspedes: son cordiales, agradecidos, generosos y siempre sonríen.
Visite Santiago Hotels y compórtese como un buen huesped.
Fuente: El Universal